Al responderles aquí, no hemos tenido la candidez de sorprendernos por todas estas calumnias: forman parte del orden de las cosas; los que las profieren son lo que son y Orwell fue lo que fue. Los espíritus serviles odian hasta el recuerdo de la libertad. Como dijera el propio Orwell: «Lo que aterra del totalitarismo no es que cometa “atrocidades” sino que destruye la noción misma de verdad objetiva: pretende controlar el pasado tanto como el futuro».

George Orwell ante sus calumniadores
Jaime Semprun

Coedición con DDT Banaketak

Traducción de Javier Rodríguez Hidalgo
Colección Casus Belli, 3

2014
5€
95 p.
11×15
ISBN: 978-84-941092-3-2
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El 11 de julio de 1996 el diario inglés The Guardian lanzó la noticia de que George Orwell, autor de las célebres novelas1984 y Rebelión en la granja, habría colaborado con los servicios secretos británicos como delator de comunistas. En los meses sucesivos fue subiendo el tono de las acusaciones, por lo que los editores de Orwell en Francia, bajo la pluma de Jaime Semprun, se vieron obligados a redactar esta defensa de George Orwell ante sus calumniadores.

No obstante, el bulo de un Orwell «espía» o «chivato» anticomunista no ha dejado de repetirse desde entonces, y por ello rescatamos este texto, editado hace diez años por Likiniano Elkartea, donde se refutan todas esas calumnias, para uso de aquellos que aún sepan qué hacer con la verdad.

Insistir hoy en la inocencia de George Orwell muestra la vigencia de lo que él mismo escribiera un día: «Hemos caído tan bajo que la reformulación de lo obvio es la primera obligación de un hombre inteligente».

Jaime Semprun

Nacido en 1947, Jaime Semprun fue un pensador y escritor francés dedicado desde Mayo del 68 a la crítica social. Su preocupación fue hasta el último momento evitar las sendas trilladas y los lugares comunes, y reanudar una y otra vez, pese a los errores y las deficiencias de cada momento, el empeño de transformar radicalmente esta sociedad. Prueba de ello fue su labor en la revista Encyclopédie des Nuisances (1983-1992), que renovó el desértico panorama de la crítica radical en los años ochenta, pero que tanto ha tardado en conocerse entre nosotros. La renuncia al legado más rígido de los situacionistas, salvando alguno de sus rasgos más saludables, dio paso a un cuestionamiento más hondo del impulso autodestructivo de la sociedad industrial. Esta crítica alcanzaría la madurez con el nacimiento de las Éditions de l’Encylopédie des Nuisances, que han seguido hasta hoy redescubriendo los ancestros de esta oposición a la artificialización (Chuang-tse, William Morris, Bernard Charbonneau) y poniendo en evidencia las grietas de la supuesta radicalidad contemporánea. El mismo Semprun aportaría a la editorial algunas obras excelentes: los Diálogos sobre la culminación de los tiempos modernos, El abismo se repuebla, Apología por la insurreción argelina, o Catastrofismo, administración del desastre y sumisión sostenible. En la actualidad, la editorial Pepitas de Calabaza prepara la publicación de una antología con sus textos más relevantes. Murió en 2010.