¿Están entonces los seres humanos capacitados para elegir las innovaciones técnicas que penetran en sus vidas y cómo hacer uso de ellas? Si la respuesta a este interrogante es negativa, podría existir el peligro de abrazar uno de los credos irracionales de los que pecan tanto tecnófilos como muchos tecnófobos: el determinismo tecnológico, esto es, atribuir una inevitabilidad al desarrollo tecnológico, hasta el punto de creerlo dotado de una autonomía mágica sobre la que los inviduos no podemos incidir.
Cul de Sac #2
Internet y nuevas tecnologías: ¿La desposesión culminada?

2011
5€
98 p.
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Sumario

Editorial
Materiales de derribo, Juanma Agulles
La ideología de las máquinas: tecnología informática, Neil Postman
Fausto al teclado, Ángel Ferrero
Internet y los sueños de una renovación democrática, Langdon Winner
El planeta de los eBooks, Miguel Sánchez Lindo
Que la neolengua se impone cuando las máquinas se comunican, Jaime Semprun
Qué fue la técnica para Jacques Ellul, José Ardillo

Reseñas
¿Una ética intelectual para internet?, Salvador Cobo
La letra sin aula entra, Peri Martínez
Memorias de un Seis Pesetas, Miguel Sánchez Lindo
Un futuro ecototalitario, Juanma Agulles

Ya no queda margen para la duda: las nuevas tecnologías de la información y la comunicación están reconfigurando múltiples aspectos de la vida cotidiana, acarreando cambios cuyas consecuencias comienzan a ser visibles en el terreno de las relaciones sociales y personales.

Tanto sus defensores como sus críticos, a menudo, cometen el error de juzgar las innovaciones tecnológicas por separado, obviando que todas ellas forman parte de un conjunto mucho más amplio del que son inseparables. Pertenecen a un sistema técnico que hace posible no sólo su producción material y su desecho-reciclaje, sino la preparación cultural que constituye la necesidad creada de su uso, inédito hasta hace poco tiempo.

Los textos recogidos en este segundo número de Cul de Sac, pretenden contribuir al debate de estas cuestiones desde una perspectiva radical, poniendo en duda la premisa de una supuesta neutralidad de la técnica que permitiría usos liberadores de la misma; incidiendo en la idea de que la sociedad tecnológica no supone una ruptura con la vieja sociedad industrial y capitalista, sino que se nos presenta como su continuación perfeccionada.