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Llamamiento al socialismo (oferta)

Ejemplar levemente deteriorado

En Llamamiento al socialismo arremete directamente contra la filosofía del progreso compartida por liberales y por marxistas. Landauer no tiene nada de reaccionario; no soñaba, como otros románticos conservadores, con restaurar la cristiandad medieval. Era un anarquista convencido, y apelaba a la herencia de La Boétie, Proudhon, Kropotkin, Bakunin y Tolstói para oponer al Estado centralizado la regeneratio de la sociedad mediante la creación de una nueva red de estructuras autónomas, inspiradas en las comunidades precapitalistas. No se trataba de volver al pasado medieval, sino de dar una nueva forma a lo viejo y de crear una cultura con los medios de la civilización» (Del prólogo de Michael Löwy).

6,95

Descripción

«El socialista libertario Gustav Landauer es un personaje singular en el paisaje del pensamiento revolucionario moderno: muy pocos expresaron como él, con toda su fuerza subversiva, la dimensión romántica de la revolución. En el romanticismo revolucionario, al que pertenecen desde Jean-Jacques Rousseau y William Blake a William Morris y Gustav Landauer, la nostalgia de las épocas precapitalistas está investida de una esperanza utópica en una sociedad libre e igualitaria.

En Llamamiento al socialismo arremete directamente contra la filosofía del progreso compartida por liberales y por marxistas. Landauer no tiene nada de reaccionario; no soñaba, como otros románticos conservadores, con restaurar la cristiandad medieval. Era un anarquista convencido, y apelaba a la herencia de La Boétie, Proudhon, Kropotkin, Bakunin y Tolstói para oponer al Estado centralizado la regeneratio de la sociedad mediante la creación de una nueva red de estructuras autónomas, inspiradas en las comunidades precapitalistas. No se trataba de volver al pasado medieval, sino de dar una nueva forma a lo viejo y de crear una cultura con los medios de la civilización» (Del prólogo de Michael Löwy).

Landauer escribió en 1911 su Llamamiento al socialismo, en que exhortaba a abandonar las ideas de una revolución basada en la centralización económica y el productivismo, advirtiendo de las nefastas consecuencias que tendría para las ideas de emancipación social. En enero de 1919, meses antes de su muerte, Landauer escribía un último prólogo para su Llamamiento, que comenzaba con estas palabras: «Ha llegado la revolución, como yo no la había previsto. Ha llegado la guerra, que sí había previsto». El 2 de mayo de ese mismo año, Landauer fue asesinado por la soldadesca, por su participación en la República de los Consejos de Baviera.