Los primeros navegantes y otros fascículos de la historia universal

JOSÉ ARDILLO

Compañeros, compañeras, nada debéis temer de esta maravillosa máquina a la que hemos bautizado con el nombre de «guillotina». Pronto, muy pronto, conoceréis cuál es su finalidad y su funcionamiento. Queridos amigos, ¡la guillotina es el símbolo de nuestra libertad frente a los Amos! El brazo ejecutor de la revolución, su más fiel servidor, su único amigo. La guillotina, como pronto veréis, acabará con los Amos y convertirá en poderosos a los siervos al hacerlos amos de sí mismos. De la guillotina sólo bondades y perfeccionamientos podemos esperar. Pronto los Amos probarán su cortante disciplina…

11,40

Descripción

«Un buen día, la Máquina Utópica se detuvo con un mons­truoso estruendo. Los relevos no habían sido respetados. Senci­llamente, los hombres no se habían levantado aquella mañana para trabajar. Muchos se habían quedado distraídos o perma­necían ajenos mientras por los altavoces sonaban los cantos de­dicados al Futuro que ya no les decían nada.
En ese momento la mayoría de los hombres y sus familias se dispersaron intentando olvidar lo que les había unido durante tanto tiempo. Algunos otros se quedaron habitando en el inte­rior de la Máquina, ahora parada, porque tampoco tenían nin­gún lugar adonde ir».

Las historias que componen este volumen tienen un claro hilo conductor: el desarrollo de la civilización y sus descontentos. La capacidad de José Ardillo para forjar imágenes de un futuro distópico, acreditada en sus novelas anteriores, se pone aquí al servicio de una serie de «fascículos de la Historia Universal», que dan forma al cuadro de nuestro inquietante presente a través de la lectura crítica de nuestros orígenes. Los primeros navegantes que orientan su proa a un futuro incierto, una montaña que hace crecer un abismo a sus pies, la celebración del aniversario de un inventor al que sus máquinas rinden homenaje… En estos relatos, la historia universal se lee a contrapelo, dejando una pregunta en el aire: ¿Hacia dónde nos dirigimos?