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Saqueadores de espuma (oferta)

Ejemplar levemente deteriorado

Ensayo sobre la ciudad actual y las grietas que en ella se abren para recuperar el pulso de la vida cotidiana. Las ciudades contemporáneas sufren un proceso de homogeneización y mercantilización que está acabando con las particularidades y con la vida cotidiana que en ellas se ha desarrollado durante siglos. En este recorrido por la ciudad y sus grietas, Lurdes Martínez nos acerca, en un registro entre lo poético y lo analítico, nuevas formas de acercarnos al espacio urbano.

6,95

Descripción

Si la ciudad se ha forjado con las alegrías y tragedias de quienes la habitan, si ha sido caja de resonancia donde reverbera el eco de lo humano y su heterogénea historia, adentrarse en la ciudad de la mercancía es encarar una realidad opuesta. A un espacio adocenado corresponde una experiencia anestesiada: el aire de la ciudad ya no nos hace libres. Muy al contrario, la sociedad tecnológica que conecta desde el aislamiento origina desarraigo y disgregación social, o bien una cohesión perversa que se vale de la mercancía a cuyo falso calor nos congregamos. Consecuencia de todo ello es que la tensión, el pálpito y la sensualidad de la vida social pierdan fuerza y se aminore el riesgo del encuentro, el desafío de la mirada directa, el roce del juego en la calle o la carnalidad del abrazo.

Ruinas intangibles del pasado, los lugares de la ciudad aco­sada que aún resisten milagrosamente la amenaza de la piqueta, diseminados aquí y allá, restos del campo de batalla de una des­trucción infligida a sangre y fuego, son ciertas calles y rincones, establecimientos comerciales o bares; campos cultivados en medio del paisaje postindustrial; fragmentos de naturaleza in­dómita, auténticas islas del tesoro en el océano de cemento; fá­bricas abandonadas o antiguos almacenes y talleres en desuso. Plenos de soberana inactualidad y afirmativa inutilidad, se cargan de propiedades y significaciones inéditas e insospechadas, entrado en funcionamiento todo un bagaje común al ser hu­mano, que se halla habitualmente amordazado por las exigen­cias productivas y por el ritmo alienante de la vida cotidiana. Lejos de todo reduccionismo, tales cualidades contribuyen a dilatar la experiencia de lo real al desencadenar el pensa­miento analógico, el delirio interpretativo o el desbordamien­to poético. A través de estos estados de suspensión es posible adentrarse en lo desconocido y experimentar una expansión del sentido de lo real.